Existen muchos mitos y prejuicios en torno a la salud mental. Sin embargo, en el mundo ajetreado en el que vivimos, la salud mental se ha vuelto algo crucial, porque vivimos estresados, bajo presión, con mucho trabajo, ¡uf! Por eso se hace imprescindible cuidar la salud mental y hacerse cargo. Saber pedir ayuda cuando lo necesitas es súper importante.
¿Qué es la salud mental?
Para que estemos en sintonía vamos a definir qué es la salud mental. Es un estado de plenitud y bienestar emocional y mental que nos permite afrontar momentos difíciles con mayor tranquilidad. Si tienes una buena salud mental puedes realizar tus actividades cotidianas de forma productiva, eficiente y plena. Según la Organización Mundial de la Salud una buena salud mental es un estado de bienestar emocional, mental y social. Puedes tener una baja salud mental aun si no tienes una enfermedad mental (como depresión o bipolaridad).
Cómo cuidar la salud mental
Lo primero que tengo que decirte es que estos consejos aplican mientras tengas una buena salud mental, para mantenerla. O si estás recién empezando a notar una baja, pero si llevas mucho tiempo con problemas lo mejor es recurrir a un especialista, psicólogo o psiquiatra, esto solo será un complemento de tu terapia. ¡Que no te de miedo pedir ayuda! Está bien pedirla cuando la necesitas.
Expresa tus emociones
Es necesario que digas cómo te sientes y no te lo guardes. No es sano reprimir tus emociones. Si algo te molestó de otra persona es necesario que se lo digas, porque si no lo haces, luego explota de la peor manera. Si es algo que consideras muy grave y te cuesta expresarlo, puedes escribir, dibujar, grabar un audio, lo importante es sacarlo de tu interior. Y luego ya puedes buscar cómo decirlo de la mejor manera a la otra persona.
Conéctate contigo
Es importante que puedas conocerte a ti misma (te voy a dejar un enlace más abajo). Saber qué emociones estás sintiendo y cómo reacciona tu cuerpo es súper importante para controlar esas mismas emociones. Cierra los ojos y siente tu cuerpo y tus emociones. Está bien sentir rabia, lo importante es saber que la estás sintiendo y reaccionar de la mejor manera posible.
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Rodéate de amigues
Pero amigos y amigas de verdad. Esos amigos que reconocen tu valor, te escuchan sin juzgarte y te aconsejan si se los pides. ¡Pero no intentan ser moralistas! Aleja de tu vida a las personas tóxicas y que no te valoran. Si no puedes evitarlo (como un jefe, pero tu trabajo te gusta), entonces no dejes que eso te afecte en tu vida personal y déjalo en la esfera laboral y nada más.
Haz actividades que disfrutes
Es necesario que te tomes momentos para ti y hagas actividades que te gusten. Puede ser algo más complejo como un curso o taller, pero incluso pueden ser detalles que te hagan sentir bien. Algunos ejemplos son: leer un libro; pintar; salir a caminar; jardinear; escribir. Las posibilidades son infinitas, busca eso que te gusta y date un tiempo para ti. Hacer cosas que te gustan van a repercutir de manera directa en en mejoramiento de tu salud mental.
Duerme bien
Podría parecer que no tiene nada que ver, pero la verdad es que una buena higiene del sueño influye en un montón de aspectos en tu vida. Si no duermes lo suficiente y de manera regular no tendrás recursos mentales suficientes y energía para rendir en el día, te vas a estresar, engordar y se convierte en un círculo vicioso.
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Aliméntate bien para cuidar la salud mental
Sí, esto también influye. Te lo voy a decir todas las veces que sean necesarias ¡come de manera saludable! No significa que nunca más en la vida comas pizza o papas fritas, pero esos alimentos déjalos para momentos esporádicos. La mente y el cuerpo trabajan unidos, por lo que alimentarte bien es fundamental.
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Haz ejercicio
Esta es otra cosa que no me cansaré de decirte. El ejercicio es esencial para una buena salud física y mental. Segrega sustancias que te hacen sentir bien y además sacas músculo que te ayuda en un montón de procesos físicos. El objetivo del ejercicio no es que seas flaca o respondas a un estándar de belleza, la idea es que seas una persona más saludable (y para eso no es necesario tener un IMC de 18).
Cuida tu salud mental siendo más optimista
Empieza a ser consciente de lo que dices y cómo lo dices. Evita las quejas y remplaza los pensamientos negativos por otros más positivos. Si ves la vida con más optimismo verás que el mundo no es un tan mal lugar para vivir. Enfócate en lo bueno y cuando identifiques un mal pensamiento, trata de cambiarlo. ¿Tenías una salida al parque y se puso a llover? No pienses en que tu plan terminó, piensa en que esa lluvia le hará bien al planeta y es necesaria para el equilibrio del ecosistema.
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Practica la gratitud
Todos los días busca cosas por las que agradecer. Desde esa fruta buenísima en el desayuno hasta agradecer porque tienes agua para beber. A veces lo olvidamos, pero hay lugares donde ni siquiera tienen agua potable. No debes dar todo por sentado, agradece constantemente. Mirarás la vida de otra manera y será genial.
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Pide ayuda
Ese consejo de “levanta el ánimo” a veces no es suficiente. Hay momentos en que lo más sano y sensato es pedir ayuda profesional. ¡Está bien! No te hace una persona débil ni nada por el estilo, por el contrario, ¡te estás haciendo cargo! Y ese es el primer paso para sanar.
En primera instancia cuidar la salud mental está en tus manos. Cuando te sobrepase pide ayuda, te hará bien. Yo misma me di cuenta de que mi actuar ya no era normal, que estaba más triste de lo normal y a veces solo quería explotar o llorar. Así que comencé terapia y, aunque llevo muy poquito, sé que me hará bien, ¡me estoy haciendo cargo! Y también tú puedes hacerlo.
¡Ya tienes consejos sobre cómo cuidar la salud mental!
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